Conoce a Carlos, portador de Stabri en la aventura a Bratislava.
Bratislava es la capital y mayor ciudad de Eslovaquia. Cuenta con aproximadamente 125.000 y está situada a orillas del Danubio, cerca de las fronteras con Austria y Hungría y a 60 km de Viena.
Bratislava es la sede del parlamento y gobierno eslovacos. En los últimos años está sufriendo una gran transformación, tanto a nivel de recuperación de edificios emblemáticos, como en la mejora de las deterioradas infraestructuras heredadas del antiguo régimen comunista.
La zona más interesante desde el punto de vista monumental y artístico es la Ciudad Vieja, colorista y acogedora, donde se puede disfrutar de una gran variedad de comercios y servicios, aunque los precios son sensiblemente superiores a los de otras zonas de la ciudad, y por supuesto duplican o triplican a los del interior del país.
Contando un poco de historia sobre la ciudad, pues Bratislava, o lo que se conoció en un principio Presburgo, apareció sobre el siglo X como pueblo eslovaco independiente para ya en el año 1.000 pasar a formar parte del Imperio Húngaro hasta la derrota de dicho imperio ante los otomanos y pasar a formar parte de los Habsburgo de Austria.
Con esta nueva dinastía la ciudad floreció siendo la ciudad más importante de lo que sería hoy en día Hungría y la República Checa.
Tras la Primera Guerra Mundial, la anexión a Checoslovaquia fue inevitable, muy a pesar de los eslovacos. Hacia 1938 surge la Primera República Eslovaca que estuvo fuertemente influenciada por la Alemania nazi.
De este modo y como todos sabéis como transcurrió la guerra: Bratislava fue bombardeada por los aliados, después tomada por Alemania y al final de la guerra tomada por el Ejército Rojo soviético y hasta 1993 no se instauró lo que actualmente es la República Eslovaca,
La ciudad de Bratislava se caracteriza por torres medievales y grandiosos edificios del siglo XX, pero ha experimentado una profunda transformación en una explosión de construcción a principios del siglo XXI.
El principal monumento, por importancia histórica y antigüedad es el Castillo de Bratislava, está situado en una meseta de 85 metros por encima del Danubio. Es una de las estructuras más grandes de la ciudad. La colina donde está el castillo ha estado habitada desde el período de transición entre las edades de Piedra y Bronce y ha sido además la acrópolis de un pueblo celta, parte de un asentamiento fortificado eslavo, y un centro político, militar y religiosa de Gran Moravia.
El primitivo castillo de piedra no fue construido hasta el siglo X, cuando la zona formaba parte del Reino de Hungría. En 1430 el castillo fue convertido en una fortaleza gótica anti-husitas bajo reinado de Segismundo de Luxemburgo, en 1562 se convirtió en un castillo renacentista, y fue reconstruido en 1649 en el estilo barroco. En 1811, el castillo fue destruido por inadvertencia, y estuvo en ruinas hasta la década de 1950, cuando se reconstruyó en su mayoría en el estilo de la reina María Teresa.
Es una ciudad pequeña y acogedora, aunque con buenas conexiones a ciudades como Budapest o Viena y con unos magníficos edificios y museos históricos.
Bratislava es la capital y mayor ciudad de Eslovaquia. Cuenta con aproximadamente 125.000 y está situada a orillas del Danubio, cerca de las fronteras con Austria y Hungría y a 60 km de Viena.
Bratislava es la sede del parlamento y gobierno eslovacos. En los últimos años está sufriendo una gran transformación, tanto a nivel de recuperación de edificios emblemáticos, como en la mejora de las deterioradas infraestructuras heredadas del antiguo régimen comunista.
La zona más interesante desde el punto de vista monumental y artístico es la Ciudad Vieja, colorista y acogedora, donde se puede disfrutar de una gran variedad de comercios y servicios, aunque los precios son sensiblemente superiores a los de otras zonas de la ciudad, y por supuesto duplican o triplican a los del interior del país.
Contando un poco de historia sobre la ciudad, pues Bratislava, o lo que se conoció en un principio Presburgo, apareció sobre el siglo X como pueblo eslovaco independiente para ya en el año 1.000 pasar a formar parte del Imperio Húngaro hasta la derrota de dicho imperio ante los otomanos y pasar a formar parte de los Habsburgo de Austria.
Con esta nueva dinastía la ciudad floreció siendo la ciudad más importante de lo que sería hoy en día Hungría y la República Checa.
Tras la Primera Guerra Mundial, la anexión a Checoslovaquia fue inevitable, muy a pesar de los eslovacos. Hacia 1938 surge la Primera República Eslovaca que estuvo fuertemente influenciada por la Alemania nazi.
De este modo y como todos sabéis como transcurrió la guerra: Bratislava fue bombardeada por los aliados, después tomada por Alemania y al final de la guerra tomada por el Ejército Rojo soviético y hasta 1993 no se instauró lo que actualmente es la República Eslovaca,
La ciudad de Bratislava se caracteriza por torres medievales y grandiosos edificios del siglo XX, pero ha experimentado una profunda transformación en una explosión de construcción a principios del siglo XXI.
El principal monumento, por importancia histórica y antigüedad es el Castillo de Bratislava, está situado en una meseta de 85 metros por encima del Danubio. Es una de las estructuras más grandes de la ciudad. La colina donde está el castillo ha estado habitada desde el período de transición entre las edades de Piedra y Bronce y ha sido además la acrópolis de un pueblo celta, parte de un asentamiento fortificado eslavo, y un centro político, militar y religiosa de Gran Moravia.
El primitivo castillo de piedra no fue construido hasta el siglo X, cuando la zona formaba parte del Reino de Hungría. En 1430 el castillo fue convertido en una fortaleza gótica anti-husitas bajo reinado de Segismundo de Luxemburgo, en 1562 se convirtió en un castillo renacentista, y fue reconstruido en 1649 en el estilo barroco. En 1811, el castillo fue destruido por inadvertencia, y estuvo en ruinas hasta la década de 1950, cuando se reconstruyó en su mayoría en el estilo de la reina María Teresa.Es una ciudad pequeña y acogedora, aunque con buenas conexiones a ciudades como Budapest o Viena y con unos magníficos edificios y museos históricos.
